Autora: Inés de Cuevas
La Pradera, un día de 1920
Sr.
Lobo Feroz
Pastizales.
Señor Feroz:
Sin miedo a su alto rango de vagabundo, hemos acordado mis dos hermanos perezosos y yo, preparar un festín de agua hirviendo bajo la chimenea e invitarlo a celebrar la inauguración de mi casita de cemento y ladrillos que construí siguiendo los consejos de mi mamá.
Como las de mis hermanos fueron destruidas sorpresivamente por el huracán de su furia sin que quedara leño sobre leño o rama sobre rama; hemos querido que usted, al llegar, no se moleste en llamar a la puerta: puede tranquilamente descender por el agujero del techo.
Allí, abajo, estaremos esperándolo para darle la malvenida por sus fechorías.
Un saludo
Cerditotrabajador.
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