Autora: Inés de Cuevas
Castillo de Lianas y Zarzales, septiembre de 1905
Sra.
Hada Buena
Reino de Mataquín.
Estimada Hada:
Deseaba comunicarme con usted para agradecerle el largo sueño de mi esposa. Hoy ha despertado para dar vida a su presagio de hace tantísimos años.
Pudimos descubrir -gracias a la ciencia y a los farmacéuticos y dermatólogos amigos- que el secreto que mantuvo (intactas) por un siglo, tanto la lozana piel como las esculturales formas del cuerpo de la princesa, fue el exceso de colágeno que contenían las cremas que usted le aplicaba religiosamente todas las noches y las cirugías estéticas realizadas por el mejor cirujano de la Corte, además de las prótesis de pómulos, glúteos, mamas y pantorrillas que éste último le implantó.
A pesar de que las explicaciones dadas por los vecinos del reino, tergiversaron la información sobre la historia del castillo, pude llegar hasta él gracias a su poder para apartar las zarzas y las lianas que lo cubrían. Así logré depositar en los encarnados labios de mi amada, el beso presagiado por usted hace más de mil años.
Ya tenemos un pequeño bebé, el Principito Azul, y, como deseamos que sea apadrinado por usted, a vuelta de correo le estaremos remitiendo nuestra invitación con la dirección exacta del nuevo Palacio Real.
Le queremos mucho.
Un gran abrazo,
Principe LaBellaDurmientdelbosque
Sra.
Hada Buena
Reino de Mataquín.
Estimada Hada:
Deseaba comunicarme con usted para agradecerle el largo sueño de mi esposa. Hoy ha despertado para dar vida a su presagio de hace tantísimos años.
Pudimos descubrir -gracias a la ciencia y a los farmacéuticos y dermatólogos amigos- que el secreto que mantuvo (intactas) por un siglo, tanto la lozana piel como las esculturales formas del cuerpo de la princesa, fue el exceso de colágeno que contenían las cremas que usted le aplicaba religiosamente todas las noches y las cirugías estéticas realizadas por el mejor cirujano de la Corte, además de las prótesis de pómulos, glúteos, mamas y pantorrillas que éste último le implantó.
A pesar de que las explicaciones dadas por los vecinos del reino, tergiversaron la información sobre la historia del castillo, pude llegar hasta él gracias a su poder para apartar las zarzas y las lianas que lo cubrían. Así logré depositar en los encarnados labios de mi amada, el beso presagiado por usted hace más de mil años.
Ya tenemos un pequeño bebé, el Principito Azul, y, como deseamos que sea apadrinado por usted, a vuelta de correo le estaremos remitiendo nuestra invitación con la dirección exacta del nuevo Palacio Real.
Le queremos mucho.
Un gran abrazo,
Principe LaBellaDurmientdelbosque
El Príncipe La Bella Durmiente del Bosque.
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