Por: Rosario Anzola
Érase una vez una vaca de corral,
un tanto coqueta y muy poco formal,
era pues el colmo de la distracción,
porque se creía una vaca flor.
un tanto coqueta y muy poco formal,
era pues el colmo de la distracción,
porque se creía una vaca flor.
Una mañanita se vistió de raso
y en cada pezuña se colocó un lazo,
pintó su bocaza con lápiz carbón,
pero se olvidó de ropa interior.
Con pasta de dientes se lavó la cara,
se pulió las muelas con agua y jabón,
se echó de perfume salsa de tomate
y usó como espejo el televisor.
Salió de paseo con una gran prisa
y dejó los lentes sobre una repisa,
en vez de cartera se guindó un reloj
y del becerrito también se olvidó.
¡Hola señor sapo!, le dijo al garzón.
¡Adiós señor gato!, le gritó al ratón.
¿Qué hubo Doña pata?, le mugió a la ardilla,
mientras se peinaba con una sombrilla.
Se fue de mercado a comprar malojo,
pero se compró un sombrero rojo,
de vuelta a la casa vino a recordar
que dejó sus cachos en un ventanal.
Hoy al mediodía fue a buscar la luna
y de puntillitas salió a la laguna,
al llegar la noche fue a pedirle al sol
un remedio bueno pa’ la distracción.
Fuente: El son del ratón y otras canciones. Monte Ávila Editores Latinoamericana. C. A., Caracas-Venezuela, 1996
Bien bonito !
ResponderEliminarpero algo raro
Anónimo, gracias por su visita y su comentario.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias me encanta mucho este poema
ResponderEliminarjajaja !
a MIS ALUMNOS DE TERCER GRADO C, LES FASCINO ESTE POEMA QUE LE HE LEIDO MUUUCHAS VECES Y ELLOS OTRAS TANTAS VECES, LA HEMOS DRAMATIZADO TAMBIEN, GRACIAS POR PONER SU LETRA AQUI.
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